En menos de una semana, he tenido la mala suerte de interactuar con los siguientes malhechores:
- Desconocidos que destruyen la luna delantera derecha de mi vehículo motor y de otros 6 vehículos colindantes con aviesas intenciones (intenciones de robar, naturalmente)
- Telefónica me roba EUR 83,53 en concepto de un alta de línea gratuita y me obliga a efectuar un gasto telefónico en su favor para solicitar, por las buenas, el reembolso de dicha cantidad.
- Orange me roba EUR 75,00 en concepto de un contrato de permanencia que no he roto y me obliga a efectuar un gasto telefónico en su favor para solicitar, por las buenas, el reembolso de dicha cantidad.
- Identifico y desenmascaro señalando con el dedo y vociferando, visiblemente enfadado, a tres individuos que han sustraido una cartera de la mochila de una guiri ante la pasividad del resto de personal que nos rodea (supuestamente ciudadanos de bien)
- Nuestro ex-casero se niega a devolvernos 150€ de nuestra fianza argumentando que Hacienda le ha crujido por no declarar el piso y que esto, de algún modo, es culpa nuestra (por existir, supongo)
¿Y qué sacamos en claro de todo esto?
..........
.......
....
Se que ahora debería responder, pero mi capacidad de aprendizaje parece disminuir a medida que acumulo experiencias (contradiciendo las maravillosas propiedades que Cajal atribuía a las espinas dendríticas... mil disculpas Don Santiago)
Efectivamente, no saco nada en claro. Nada más allá de un odio incontrolable y un rechazo brutal a esos que se hacen pasar por mis congéneres. Desde luego, no lo somos, y me niego a admitir que nos una ningún tipo de lazo evolutivo.
A todos ellos, les deseo lo peor. Puede que algo parecido a la escena del minuto 2:03 de este vídeo que, por otra parte, me da todo el buen rollo que estos desalmados se empeñan en robarme. Espero estar presente cuando llegue ese momento. Hasta entonces, esperaré pacientemente... Heaven can wait.
- Desconocidos que destruyen la luna delantera derecha de mi vehículo motor y de otros 6 vehículos colindantes con aviesas intenciones (intenciones de robar, naturalmente)
- Telefónica me roba EUR 83,53 en concepto de un alta de línea gratuita y me obliga a efectuar un gasto telefónico en su favor para solicitar, por las buenas, el reembolso de dicha cantidad.
- Orange me roba EUR 75,00 en concepto de un contrato de permanencia que no he roto y me obliga a efectuar un gasto telefónico en su favor para solicitar, por las buenas, el reembolso de dicha cantidad.
- Identifico y desenmascaro señalando con el dedo y vociferando, visiblemente enfadado, a tres individuos que han sustraido una cartera de la mochila de una guiri ante la pasividad del resto de personal que nos rodea (supuestamente ciudadanos de bien)
- Nuestro ex-casero se niega a devolvernos 150€ de nuestra fianza argumentando que Hacienda le ha crujido por no declarar el piso y que esto, de algún modo, es culpa nuestra (por existir, supongo)
¿Y qué sacamos en claro de todo esto?
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Se que ahora debería responder, pero mi capacidad de aprendizaje parece disminuir a medida que acumulo experiencias (contradiciendo las maravillosas propiedades que Cajal atribuía a las espinas dendríticas... mil disculpas Don Santiago)
Efectivamente, no saco nada en claro. Nada más allá de un odio incontrolable y un rechazo brutal a esos que se hacen pasar por mis congéneres. Desde luego, no lo somos, y me niego a admitir que nos una ningún tipo de lazo evolutivo.
A todos ellos, les deseo lo peor. Puede que algo parecido a la escena del minuto 2:03 de este vídeo que, por otra parte, me da todo el buen rollo que estos desalmados se empeñan en robarme. Espero estar presente cuando llegue ese momento. Hasta entonces, esperaré pacientemente... Heaven can wait.